Nunca imaginé que un olor calara tan hondo. A ausencia, a apetencia, a paz... No sé muy bien como explicar esta sensación de paz en la guerra y guerra tras la paz. Cuando sé de ELLA me siento reconfortado, pero a la vez consciente de que otra guerra vuelve para empezar..... para derrotarme. Cuando no sé de ELLA la ausencia ahoga y creo que desearía me termine por matar. La media noche es su cómplice, mi fatalidad, porque de las doce cuelga cada duda en este abismo al que no termino de saltar, del que no me termino de alejar.